Durante las últimas dos décadas en Chile, se ha profundizado en el rol de los equipos directivos, dando pasos avanzados en la normativa frente a su labor, fortaleciendo las orientaciones para su desempeño y prácticas, junto a una amplia oferta formativa y crecientes estudios al respecto.
La investigación y la evidencia obtenida de los sistemas educativos que mejoran de manera continua, muestran que el rol directivo es un factor altamente significativo y crítico en el aprendizaje integral de las comunidades educativas.
En este contexto, el MINEDUC/CPEIP (Centro de Perfeccionamiento Experimentación e Investigación Pedagógica) ha sido crucial, fomentando una formación de calidad para los equipos directivos. La visión de un desarrollo en trayectoria, desde potenciar a docentes con interés en ser directores, seguida de una formación a líderes nóveles, continuando con procesos de formación que consolida el rol, ha permitido que más de 6.000 directivos participen de este plan en específico. Esto se suma a diferentes programas que, en cada una de las acciones formativas, relevan el desarrollo de habilidades, competencias y conocimiento de los equipos directivos a través de experiencias formativas multinivel, incorporando la distribución del liderazgo, tanto en los establecimientos como en el territorio, resultando estratégico el enfoque sistémico.
El rol de los directivos y la transformación educativa son inseparable, existiendo un amplio consenso sobre la importancia de: la construcción de una visión estratégica compartida, el desarrollo de capacidades y aprendizaje profesional, la generación de culturas de colaboración, desarrollo organizacional en ambientes bien tratantes y convivencia participativa, sumado a una eficiente gestión de recursos y un claro liderazgo pedagógico para el aprendizaje. Todas estas dimensiones son clave, impactando positivamente, para que una comunidad educativa logre las transformaciones que se propone y hacer sustentables la implementación de las innovaciones.
Si bien, estos 20 años han sido la base de muchos avances, se hacen insuficientes para los desafíos pendientes y se requieren esfuerzos mayores para continuar con la transformación del sistema educativo con equidad y calidad.
En una sociedad en constante cambio, desarrollar un sistema de Trayectorias Directivas que permita atraer, aumentar el interés de potenciales líderes y establecer un proceso de formación y reconocimiento que incentive la permanencia y progresión en los cargos, parece ser una de la respuesta consistente con las necesidades actuales.
Considerando el impacto y valor estratégico de los directivos escolares y de jardines infantiles, su formación debe ser una prioridad de política pública, estableciendo criterios/estándares para la formación asegurando una base común en el desempeño de prácticas y conocimiento para potenciar el desarrollo profesional docente y garantizar el aprendizaje integral de los estudiantes.
Sin ir más lejos, el siguiente Informe GEM (Global Education Monitoring Report) UNESCO 2024/5, examinará los requisitos de un buen liderazgo en educación y cómo varían entre países y a lo largo del tiempo. Analizará las visiones y los objetivos que impulsan el liderazgo en la educación y examinará en qué medida y mediante qué prácticas el ejercicio del liderazgo contribuye a mejorar los resultados de la educación.
Durante las próximas décadas, tenemos una oportunidad para seguir transformado el sistema educativo en profundidad, con sentido de país, fortaleciendo el liderazgo pedagógico, distribuido y sistémico promoviendo comunidades educativas basadas en la confianza, colaboración y aprendizaje conjunto, siendo parte de una sociedad más justa e inclusiva.
Carola Gana A.
Coordinadora de Liderazgo Directivo
CPEIP, Ministerio de Educación