
En la actualidad, hablar de educación implica necesariamente considerar el entorno digital en el que vivimos. Internet no solo ha transformado la forma en que accedemos al conocimiento, sino también cómo nos comunicamos, participamos y construimos ciudadanía. En este contexto, surge una pregunta clave: ¿Qué rol tiene la educación en el desarrollo de una ciudadanía digital crítica, creativa y activa?
Chile ha avanzado en infraestructura digital educativa, aunque por cierto aún enfrentamos brechas importantes. La iniciativa “Conectividad para la Educación 2030” es un ejemplo concreto de política pública que busca garantizar acceso a Internet en los establecimientos educacionales del país, logrando hoy una cobertura de más de 9.500 conectados, lo que representa a más del 90% de los establecimientos que reciben subvención del estado. Sin embargo, el acceso es solo el punto de partida: lo fundamental es lo que se puede lograr con esa conectividad para la experiencia formativa de las y los estudiantes.
La ciudadanía digital no es simplemente saber usar la tecnología, es comprender los entornos digitales, actuar con responsabilidad, crear con sentido y participar con conciencia. Se trata de que las personas no solo consumamos información, sino que seamos capaces de aprender a producirla, analizarla y utilizarla éticamente para incidir en nuestros entornos, favoreciendo el aprendizaje integral.
No obstante, en muchos casos persiste una idea equivocada que dificulta el avance formativo en esta materia. El mito del “nativo digital” puede invisibilizar la necesidad de mediar, orientar y educar en el uso de dispositivos, redes y contenidos. Crecer rodeados de tecnología no garantiza comprender su impacto, analizar críticamente para distinguir información confiable, proteger la privacidad ni actuar con empatía. Por eso, hoy más que nunca, el rol de las comunidades educativas y las familias es clave. Desde el enfoque de ciudadanía digital que promovemos como Ministerio, la mediación de adultos responsables —ya sea en la escuela o en el hogar— es fundamental para que niñas, niños y adolescentes desarrollen habilidades para actuar con responsabilidad, creatividad y sentido crítico en entornos digitales. En este contexto, el Plan de Ciudadanía y Alfabetización Digital 2025–2026, que desarrollamos junto a la Secretaría General de Gobierno, profundiza el trabajo iniciado el año anterior con acciones territoriales que fortalecen la mediación pedagógica. Uno de sus recursos centrales es el kit para trabajar con familias su rol mediador en el uso de dispositivos móviles, disponible en ciudadaniadigital.mineduc.cl, que reconoce el rol fundamental de los centros educativos y hogares en el acompañamiento del uso consciente y significativo de la tecnología en la vida cotidiana.
Por eso, uno de los grandes desafíos es lograr que esté al servicio del aprendizaje y de la formación integral de las y los estudiantes. Para lograrlo, se debe fortalecer la formación en ciudadanía digital desde una perspectiva crítica, ética y participativa. Con este propósito, estamos actualizando las Bases Curriculares, disponiendo recursos a las comunidades educativas e impulsando diversas instancias de desarrollo profesional con docentes, coordinadores/as de informática y equipos directivos que lideren estos procesos.
Internet en la educación no es solo una herramienta, es una puerta hacia nuevas formas de aprender, de participar y de construir una sociedad más justa, democrática y creativa. Construir una ciudadanía digital crítica y activa es construir un mejor país desde una mejor educación.
Alejandra Arratia Martínez
Subsecretaria de Educación