Innovar desde el territorio local: una mirada al microcentro rural y las aulas multigrado

Voces de Innovación
Fecha de publicación
Autor externo
Alejandro Peñaloza
Temas
Educación rural
Alejandro peñaloza
La escuela rural no debe ser considerada como una limitación, sino como una oportunidad para reinventar la educación desde el territorio local (...) Innovar no significa traer recetas de afuera e imponerlas, sino crear desde adentro, reconociendo el valor del conocimiento local, de las tradiciones, del paisaje, de la cultura y de la comunidad.

En mis 25 años de experiencia como profesor unidocente en escuela rural quisiera reflexionar sobre la importancia del aula multigrado y el aporte del microcentro. La escuela rural no debe ser considerada como una limitación, sino como una oportunidad para reinventar la educación desde el territorio local. Esta es la idea que debe guiarnos al pensar en el microcentro rural, que reúne a establecimientos geográficamente cercanos, no solo como un espacio de encuentro docente de trabajo técnico-pedagógico, sino como un motor de innovación contextualizada.  

Las aulas multigrado poseen una riqueza pedagógica inigualable. En ellas conviven distintas edades, niveles y ritmos de aprendizaje, lo que exige estrategias creativas, flexibles y colaborativas. Esta complejidad, lejos de ser un obstáculo, abre la puerta a una educación más personalizada, inclusiva y centrada en el estudiante. Para que esta potencialidad se traduzca en prácticas concretas, los docentes necesitan espacios de reflexión, intercambio y formación continua. Aquí es donde el microcentro rural juega un rol clave para las comunidades educativas. 

El microcentro con un enfoque territorial se convierte en una red viva de colaboración que transmite vivencias. Es allí donde los docentes dejan de estar solos, comparten estrategias, adaptan contenidos a sus contextos, y co-construyen soluciones que responden a las particularidades del lugar. Innovar no significa traer recetas de afuera e imponerlas, sino crear desde adentro, reconociendo el valor del conocimiento local, de las tradiciones, del paisaje, de la cultura y de la comunidad. Es en ese diálogo entre lo pedagógico y lo territorial donde germina una educación transformadora. 

Además, el microcentro puede ser un espacio para fortalecer la presencia docente, empoderar liderazgos pedagógicos y promover una gestión más democrática. La innovación con enfoque territorial implica también una visión política: implica creer que cada escuela, por pequeña que sea, tiene derecho a ser protagonista de su propia ruta educativa. Cuando un docente rural siente que sus ideas cuentan, que su realidad importa, se activa una energía poderosa que se traduce en compromiso, creatividad y resiliencia. 

Por eso, la tarea que tenemos por delante es clara: debemos apostar por microcentros rurales activos, autónomos, con formación pertinente y recursos para sostener procesos colaborativos. Esto requiere voluntad institucional, políticas públicas sensibles al territorio y una mirada más justa sobre lo que significa enseñar en contextos rurales. No se trata solo de mejorar resultados, sino de dignificar la experiencia educativa en estos espacios. 

Porque en el aula multigrado, cada niño y cada niña aprenden mirando al otro. Y cada docente enseña desde el amor al lugar que habita. La innovación con enfoque territorial es creer que la educación rural no solo merece apoyo, sino que tiene mucho que enseñar sobre cómo construir una escuela más humana, más cercana y más viva. 

Apoyar la labor del microcentro, incluso en los rincones más apartados del país, donde el viento lleva nombres y los cerros cuentan historias, late una escuela viva, dispuesta a soñar en comunidad. 

Alejandro Peñaloza 

Asesor Técnico Pedagógico

SLEP Andalién Sur, región del Biobío.

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