
De acuerdo a las conclusiones del 6to Reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático no hay dudas sobre la influencia de la especie humana en el calentamiento de la atmósfera, el océano y la tierra. En los últimos años se han producido cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera (IPCC, 2021), que día a día nos sorprenden en los noticiarios, cómo el caso del tornado de Puerto Varas, las olas de calor, marejadas, incendios de gran magnitud, inundaciones de la zona central, y así podríamos seguir haciendo memoria.
A pesar de que el cambio del clima representa una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta, ahora es cuando tenemos una ventana de oportunidad para implementar acciones de mitigación y adaptación, para asegurar un futuro habitable y sostenible para todas las personas (IPCC, 2023).
La pregunta que surge es ¿Quién está llamado a implementar estas acciones? Pues.. yo diría que, a todas y todos, nos corresponde aportar un grano de arena en este desafío, desde el rol que tengamos, en casa, en el trabajo, en la escuela, en mi barrio, en mi comuna, en la vida.
A nivel global, para abordar este desafío, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el Acuerdo de París, integra la “acción por el empoderamiento climático”, o ACE (por sus siglas en inglés) que busca ser un instrumento articulador de capacidades para ponerlas al servicio de diseños, estrategias e implementación de programas, tanto públicos como privados y comunitarios que actúen decididamente, y desde diversos frentes, ante los desafíos del cambio climático (Ministerio del Medio Ambiente, 2025). Esto se trata de implementar acciones de educación, formación, sensibilización, participación pública, acceso a la información y la cooperación que puedan ser lideradas por distintas personas u organizaciones, desde el sector público, academia, privado y sociedad civil.
En esta línea, la Estrategia de Desarrollo de Capacidades y Empoderamiento Climático busca que Chile cuente con una ciudadanía informada, sensibilizada y proactiva que contribuya a la elaboración de políticas públicas y aporte desde su ámbito personal y organizacional a los cambios necesarios para lograr la carbono neutralidad y resiliencia del país a más tardar al 2050. (Ministerio del Medio Ambiente, 2025). Este instrumento ha sido una oportunidad para que los Ministerio de Educación; el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; el Ministerio del Trabajo y Previsión Social; y el Ministerio del Medio Ambiente, trabajen en conjunto en el diseño, implementación y seguimiento de la implementación de esta estrategia.
Este es una invitación para todas las personas, a reflexionar sobre decisiones individuales, como, por ejemplo, qué comemos o cómo nos vestimos, y que tienen implicaciones éticas, y ecológicas, que muchas veces no advertimos.
Pero también es una invitación a trabajar mancomunadamente con las comunidades educativas, incluyendo las instituciones públicas, el profesorado, niños, niñas y adolescentes, centros de estudiantes, universidades, familias, en de avanzar en transformaciones centradas en la resiliencia, la adaptación al cambio climático y en la atención a las necesidades básicas de vida, en un mundo físico con límites superados y en pleno proceso de cambio.
Necesitamos tener un involucramiento y rol activo de las instituciones, sumando el compromiso individual, de personas y agrupaciones, para generar competencias climáticas, y pavimentar la ruta hacia una comunidad resiliente al clima.
¡La invitación está hecha, sólo debes sumarte!