Hace casi cuatro años, desde el Centro de Innovación comenzamos a trabajar con una hipótesis y una convicción que han definido los diferentes proyectos que hemos propiciado. La hipótesis, fundada en lo que hemos observado en el sistema educativo, es que en nuestro país existen múltiples innovaciones esperando a ser potenciadas. La convicción, es que la innovación educativa no puede decretarse, sino que para impulsarla debemos aprender de lo que ya están haciendo los equipos de las comunidades, movilizar la colaboración y mejorar las condiciones para que las innovaciones prosperen.
Hoy, mediante el trabajo sistemático realizado a través de redes de colaboración, podemos decir que hemos comprobado la hipótesis. En la Red de Innovación para la Transformación Educativa se han unido más de 5.000 personas, y hemos podido sistematizar más de 100 experiencias impulsadas por las mismas comunidades que trabajan para mejorar los aprendizajes de forma integral, a través de la colaboración y creatividad, promoviendo el protagonismo de los y las estudiantes.
Nos enorgullece ver cómo este año 2025 desplegamos actividades como encuentros, pasantías, talleres y jornadas de trabajo colaborativo entre equipos docentes y directivos en 15 de las 16 regiones del país, en conjunto con los equipos regionales para potenciar la innovación y el desarrollo de capacidades para la transformación digital.
En cuanto a la mejora de condiciones, el programa conectividad para la educación ha alcanzado casi el 90% de los establecimientos, sumando a todas las regiones del país. El programa Protagonistas del Cambio, a su vez, ya alcanza a 1600 comunidades que han recibido kits tecnológicos, formación y acompañamiento para desarrollar proyectos innovadores, y hemos trabajado con coordinaciones de informática de múltiples comunidades para alcanzar un nuevo estándar. Además, hemos desplegado en todo el país talleres para fortalecer la Ciudadanía Digital, con recursos pedagógicos que han sido altamente valorados por ser prácticos y a la vez profundos.
Hoy vemos con alegría que la hipótesis inicial ha demostrado ser cierta, y que sosteniendo nuestra convicción ha sido posible articular un movimiento nacional. El desafío que se abre hacia adelante es seguir consolidando esta infraestructura de colaboración, continuar aprendiendo de las experiencias territoriales y proyectar políticas que reconozcan que la transformación educativa sucede allí donde las comunidades tienen espacio, apoyo y confianza. Porque la innovación no es un acto aislado ni un decreto: es un proceso cultural, colectivo y sostenido que debe trabajarse en conjunto con las comunidades.
Martín Cáceres
Director Ejecutivo Centro de Innovación MINEDUC
