Aprender y transformar desde el territorio rural

Voces de Innovación
Fecha de publicación
Autor externo
Alicia Foxley Valdivieso
Temas
Educación rural
Alicia Foxley
Como Programa de educación rural reconocemos en la ruralidad oportunidades notables para la innovación y la justicia educativa, que pueden servir de inspiración al resto del sistema. Frente a la triple crisis planetaria, los fenómenos migratorios y las desigualdades sociales, es momento de visibilizar y aprender de la educación en estos contextos.

La educación en territorios rurales en Chile es altamente diversa y mayoritariamente pública. Existen escuelas con sólo un docente y otras formadas por más de 100 profesionales. Por su aislamiento geográfico o baja densidad poblacional algunas atienden a menos de 5 estudiantes, mientras que otras, ubicadas en áreas periurbanas, pueden llegar a tener más de 2.000. Con cursos simples o combinados; recibiendo familias indígenas, migrantes, campesinas, gauchas o neorrurales, estas comunidades construyen justicia educativa mediante la innovación, aprovechando la diversidad social, cultural y ecológica de sus territorios.  


Tan diversas como nuestra geografía, estas escuelas no solo cumplen funciones académicas, sino que contribuyen a fortalecer el tejido social y el desarrollo local. Una escuela unidocente en el altiplano o un liceo bicentenario en territorio austral, son espacios de encuentro para los vecinos, quienes en su escuela encuentran ayuda para realizar trámites, toman decisiones para el bienestar del pueblo y fortalecen lazos de apoyo mutuo. Cuando esto ocurre, como dice Silvina Corbetta, “el foco deja de ser la institución escolar en sí y pasa a ser la comunidad que educa y aprende”. 
Este carácter comunitario - ampliamente valorado en los “Diálogos para la educación rural” - ofrece condiciones propicias para la creación de proyectos productivos y de aprendizaje basado en servicio, estrategias que refuerzan el sentido de justicia social de la educación pública, estimulan el arraigo territorial de la juventud y mejoran la calidad de vida de las comunidades. 


La incorporación de saberes locales en la gestión curricular y el resguardo activo del patrimonio convierte a estos espacios educativos en verdaderos centros culturales. Se trata de lugares que fortalecen las identidades étnicas, revitalizan tradiciones y oficios, consolidan el sentido de pertenencia y enriquecen la formación integral del estudiantado. 
Muchos docentes rurales asumen su liderazgo como agentes culturales poniendo en marcha junto a sus estudiantes, el reconocimiento y valoración de las riquezas patrimoniales locales. Así, en los valles centrales, los relatos orales de diablos y brujos, el tejido en crin, el canto campesino o los vestigios arqueológicos del imperio inca, dejan de ser vistos como herencia estática para transformarse en elementos integradores de proyectos pedagógicos interdisciplinarios que potencian la creatividad y nutren el acervo cultural del país.  


Frente a los desafíos planetarios de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación, el vínculo existencial que estudiantes y familias rurales tienen con la naturaleza, constituye otra fuente valiosa de oportunidades para el encuentro con la belleza y la transformación educativa. Habitar a orillas de un río, cerca de un bosque, del mar, la montaña o el desierto, no sólo permite a personas de todas las edades aprender de manera experiencial sobre conservación del agua, agroecología, relaciones ecosistémicas o gestión de residuos; también favorece el desarrollo de capacidades de observación, orientación espacial, sensibilidad, colaboración y empatía. Como describía hace más de un siglo la profesora rural Lucila Godoy Alcayaga a propósito del impacto de sus clases al aire libre: “La clase perdía en gravedad (…) Perdía en irrealidad; era real y más humana (…) Observé que las niñas que en clase sólo reciben, en el campo o en un huerto dan, preguntan, piensan, se interesan por la tierra toda”


Como Programa de Educación Rural reconocemos estas oportunidades y apostamos por potenciarlas con iniciativas como “Cartografías rurales”, "Chile-México: territorio de recados" y el curso “Patrimonios en la escuela rural”. Frente a la triple crisis planetaria, los fenómenos migratorios y las desigualdades sociales, es momento de visibilizar y aprender de la educación en contextos rurales. 

Alicia Foxley Valdivieso

Coordinadora Nacional Educación Rural

División de Educación General (DEG), Ministerio de Educación.

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