El Colegio La Villa ha impulsado la transformación de su cultura evaluativa mediante un modelo sin notas, implementado desde 2021 en todos sus niveles. Sustituyendo las calificaciones numéricas por niveles de logro y retroalimentación formativa, esta propuesta promueve la inclusión, la metacognición y el aprendizaje profundo.
Descripción
Desde 2021, el Colegio La Villa implementa un modelo de evaluación sin notas centrado en el aprendizaje, la inclusión y el desarrollo integral. Reemplaza la calificación numérica por niveles de logro y retroalimentación cualitativa, promoviendo la evaluación formativa en todos los niveles. Esta transformación pedagógica, nacida durante la pandemia, se consolidó como política institucional. Involucra activamente a estudiantes, docentes y familias, y se sustenta en principios de justicia educativa, neurociencias y enfoque de derechos. Ha fortalecido la autonomía, la motivación y el compromiso estudiantil, mejorando el clima escolar y la coherencia pedagógica.
1. ¿Cuál es el problema o necesidad que busca resolver?
La experiencia busca resolver la desconexión entre la evaluación y el aprendizaje significativo, evidenciada durante la pandemia en 2020, cuando se hizo difícil evaluar a distancia con criterios tradicionales. Se identificaron altos niveles de ansiedad en estudiantes, uso punitivo de la nota y una práctica evaluativa docente centrada en la calificación más que en el aprendizaje. El diagnóstico evidenció la urgencia de construir un modelo centrado en el acompañamiento, la inclusión y el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales, especialmente en contextos adversos como la crisis sanitaria.
2. ¿Cuál es la innovación educativa implementada?
La innovación consiste en un modelo de evaluación sin calificaciones numéricas durante el semestre, reemplazadas por niveles de logro y evaluación cualitativa. El foco está en el aprendizaje profundo, por lo que la retroalimentación oportuna se vuelve un componente central del proceso. Se promueve la diversificación de la enseñanza y la evaluación formativa mediante el uso de instrumentos como rúbricas, así como la valoración de evidencias reunidas en portafolios. La participación activa de las y los estudiantes se potencia a través de instancias de autoevaluación y coevaluación, fortaleciendo la metacognición como eje del desarrollo de la autonomía y la autorregulación. La implementación ha sido progresiva, acompañada por procesos de Desarrollo Profesional Docente, revisión del Reglamento Interno de Evaluación y un trabajo sostenido de toda la comunidad educativa.
3. ¿Quiénes participan en el proyecto?
Participan activamente todos los estamentos de la comunidad educativa. El director lidera la transformación institucional, promueve el cambio cultural y articula la visión pedagógica. La Unidad Técnico Pedagógica (UTP) coordina la implementación técnica y curricular, genera instancias de formación y acompañamiento a docentes y sistematiza los procesos. Las y los docentes diseñan instrumentos, aplican estrategias diversificadas y retroalimentan el aprendizaje. El equipo PIE adapta evaluaciones, realiza diagnósticos y acompaña a estudiantes con Necesidad Educativas Especiales (NEE). El equipo de convivencia escolar integra lo socioemocional en la evaluación y apoya casos críticos. Las familias participan en reuniones, retroalimentan la experiencia y se forman en el nuevo enfoque. Los padres, madres y/o apoderados/as participan en reuniones, retroalimentan la experiencia y se forman en el nuevo enfoque; y los y las estudiantes son protagonistas activos del proceso evaluativo.
4. ¿Cuál es el rol de las y los estudiantes en el proyecto?
Las y los estudiantes asumen un rol activo, participativo y reflexivo. Se autoevalúan y coevalúan, lo que les permite reconocer sus progresos y necesidades. Formulan metas de mejora y participan en procesos de retroalimentación con docentes. Este protagonismo fortalece la autorregulación, la autonomía y el desarrollo de habilidades metacognitivas. Se fomenta su participación durante todo el proceso, promoviendo una comprensión profunda y significativa de su propio aprendizaje.
5. ¿Cuáles fueron los principales desafíos que se presentaron en las diversas etapas del proyecto?
Los principales desafíos fueron superar la resistencia inicial de algunos docentes y apoderados/as ante el abandono de las notas, informar y acompañar el proceso de cambio de la nueva cultura evaluativa a todos los estamentos de la comunidad educativa, e implementar criterios claros de seguimiento y registro en contextos no numéricos. También implicó ajustar instrumentos y plataformas institucionales, y sostener el modelo en la presencialidad postpandemia sin retroceder a prácticas tradicionales. Estos desafíos se abordaron mediante el diálogo abierto y transversal (entre actores de la comunidad), formación continua, liderazgo pedagógico distribuido y la difusión de evidencia del impacto positivo del modelo.
6. ¿Cuáles han sido los resultados?
Desde 2021, se han consolidado prácticas evaluativas coherentes con el nuevo enfoque. Todos los docentes aplican evaluación formativa y retroalimentación. Se observa una mejora significativa en el clima escolar y una disminución de la ansiedad frente a las evaluaciones. Las y los estudiantes muestran mayor compromiso con sus aprendizajes, fortalecen la autonomía, el pensamiento crítico y su participación activa. Más de 280 estudiantes y 47 docentes y asistentes han sido beneficiarios directos. La comunidad valora el modelo y su coherencia con el PEI, que ha sido formalizado en el Reglamento de Evaluación, Calificación y Promoción, en concordancia con el Decreto N°67/2018.
7. ¿Cuáles son las proyecciones o próximos pasos de la innovación?
Las proyecciones incluyen mantener el modelo en el PEI y el PME como política institucional permanente, instalar una plataforma digital de seguimiento cualitativo, ampliar la formación docente en metacognición, evaluación auténtica y educación emocional, y fortalecer el trabajo con familias mediante talleres y cápsulas pedagógicas. Además, se busca participar activamente en redes como la Red de Evaluación para el Aprendizaje de la Universidad de Chile, sistematizar la experiencia en publicaciones académicas y replicar el modelo en otras escuelas de la región.